Berenise Bravo Rubio
Comité Organizador del Congreso
La mesa del congreso estuvo coordinada por la Dra. Clara García Ayluardo del CIDE, quien propuso analizar a uno de los actores claves de la Iglesia: sus fieles. La mesa comenzó con la ponencia del Dr. Gustavo Watson Marrón quien explicó cómo los reyes católicos en orden a atender las necesidades de sus fieles decidieron la erección de canonjías de lengua en la Colegiata de Guadalupe. Orden que sin embargo no fue bien vista, ni por miembros de ese cabildo, ni por el arzobispo. A pesar de la oposición, explicó Watsón Marrón, estas canonjías se establecieron desde 1755 y permanecieron hasta 1864. Las canonjías de lengua eran en mexicano, otomí y mazahua y se establecieron para atender a la población que asistía a dicho santuario. Ana Laura Vázquez (UNAM) por su parte, explicó cómo los fieles de los 65 pueblos de indios que se encontraban alrededor de la ciudad de México eran convocados cada año para hacer las enramadas para la procesión de Corpus Cristi. La maestra mostró el numero de asistentes, la forma en que llegaban y los instrumentos que ocupaban para aderezar las calles. Enseguida, Clara García Ayluardo habló de la congregación de fieles mas importante de la Nueva España: las cofradías. Explicó como éstas fueron no solo espacios que ayudaban a lograr la salvación (máxima del mundo novohispano) sino, además, cómo eran espacios de sociabilización y solidaridad que miraban por el bien común. La ponente insistió en la necesidad de analizar a las cofradías de esta forma y también de cómo fueron importantes para el sostenimiento de las iglesias y de sus párrocos. Seguidamente el Mtro. Eduardo Ángel Cruz (Universidad de Teramo, Italia) llamó a mirar las devociones y el culto a los santos con una perspectiva global en tanto que ésta permite entender que la promoción de determinada devoción se inserta en una dinámica de preeminencia y de participación dentro de la monarquía católica. Ejemplificó lo anterior con el culto de San Isidro Labrador. Culto que fue apoyado con vehemencia por la elite poblana que con ello querían insertar su presencia como parte de la monarquía católica. Una monarquía cimentada en el discurso de la Cristiandad. Por su parte la dra. Rosalba Loreto (BUAP) centró su análisis en el convento de religiosas de San Bernardo, de la orden de las Concepcionista, para mostrar cómo un convento puedo ser el espacio para estudiar las redes familiares, el fortalecimiento de grupos criollos y sobre todo, y muy importante, lo que ella denomina, la movilidad étnica, es decir, de cómo pasaron de ser religiosas predominantemente españolas a ser mayoritariamente criollas. Enseguida la doctora Caterina Pizzigoni (Universidad de Columbia) compartió la metodología de análisis para estudiar la presencia de los santitos (en imagen, lienzos, pequeños cuadros o bultos) en las casas de los indios y de los españoles. Pizzigoni habló de las diferencias entre un grupo y otro con respecto a la posesión de ellos, también de su materialidad y compartió un resultado muy interesante, que los indios consideraban a sus santitos como “residentes de su hogar” y que generalmente los enunciaban en los testamentos en el estricto orden de: casa, tierra, santos. La mesa cerró con la participación de la dra.Consuelo Maquívar (INAH), que dio una ponencia por demás ilustrativa del arte novohispano. De forma breve y amena llevó a los escuchas por la pintura en lienzo, en muro, en tabla. Explicó las temáticas recurrentes e hizo observar a los asistentes sobre la excepcional de ciertas pinturas y cuadros. La mesa se prolongó por mas de cuatro horas y tuvo una asistencia que fluctuó entre 170 y 230 personas. Todo lo enunciado llevó a concluir que la cultura católica novohispana fue viva, palpitante, llena de fe, que los fieles vivieron su religión como comunidad, como corporación, pero también, de forma privada e íntima, sin o con intermediarios religiosos.